Desde el comedor del Hospitalito, transmitiendo en vivo por las redes sociales de varias parroquias y reunidos en torno a una mesa que presidía la imagen de la Virgen de los Milagros de Caacupé, fue el padre Lorenzo “Toto” De Vedia quien dio contexto a esta convocatoria: “Ramona Collante murió el 30 de mayo. Se llamó al SAME insistentemente porque la fiebre no bajaba. Dos horas después, la ambulancia llegó cuando Ramona ya había fallecido. Este hecho, como tantos otros, por caso cito a pibes que han muerto desangrados cuando la ambulancia tardó horas en llegar, nos evidencia la emergencia médica en la que vivimos en nuestros barrios de Capital y en provincia también, en el Gran Buenos Aires”.
Luego, los sacerdotes José María “Pepe” Di Paola, Juan Isasmendi, Nicolás “Tano” Angelotti, Lorenzo “Toto” De Vedia, Adrián Bennardis, Carlos “Charly” Olivero, Gastón “Tonga” Colombres y padre obispo Gustavo Carrara, leyeron el documento que, además de denunciar el caso de Ramona, propone que “en aquellas villas o barrios populares que muestran capacidad de organización para esto, el Estado puede proporcionar una unidad de traslado. No se trata de reemplazar el sistema oficial de emergencias médicas, pero sí de complementar el servicio estatal”.
Al finalizar rezaron con la oración que el Papa Francisco propuso para este tiempo de pandemia: “María, tú resplandeces siempre en nuestro camino como signo de salvación y de esperanza. Nosotros nos confiamos a ti, Salud de los enfermos, que al pie de la cruz te asociaste al dolor de Jesús, manteniendo firme tu fe. Madre amorosa, tú sabes lo que necesitamos y estamos seguros de que proveerás, como lo hiciste en Caná de Galilea. Intercede por nosotros ante tu Hijo Jesús, el Divino Médico, por aquellos que han enfermado, por quienes son más vulnerables y por quienes han muerto. Intercede también por quienes cargan la responsabilidad de proteger la salud y seguridad de los demás y por quienes atienden al enfermo y buscan una cura. Ayúdanos, Madre del Divino Amor, a conformarnos a la voluntad del Padre y a hacer lo que nos dirá Jesús, quien ha tomado sobre sí nuestros sufrimientos y ha cargado con nuestros dolores para conducirnos, a través de la Cruz, a la alegría de la Resurrección. Amén”.
También invocaron el amparo de Nuestra Señora de la Salud, la Virgen de Caacupé y la “Virgencita” de Luján rezando juntos el Avemaría.
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